Alakrana: nervios, preocupación, frialdad y prudencia
No tiene buena pinta lo del Alakrana. Es lógica la preocupación de los familiares. Los nervios, al borde de la histeria, por esos 35 días, están empezando a hacer mella. Es muy difícil que nos podamos poner en el lugar de quienes tienen a sus familiares secuestrados. Pero no queda otra que confiar en quien tiene la responsabilidad de negociar. Para bien o para mal. El asunto es delicado con matices que no controlamos ni siquiera de lejos. Situaciones nuevas que supongo que se dan cada día. Y en esto no queda otra que practicar frialdad. Los medios de comunicación y las familias no deben olvidarse que en el mundo global cualquiera puede hacerse eco de las declaraciones públicas. Decir con frivolidad que el dinero no es problema, por ejemplo, puede ser un obstáculo que vaya aumentando el chantaje, independientemente que la salida final pase por un pago de un rescate del que ninguno nos enteremos.
Lo de los chavales detenidos es un asunto espinoso. No tanto por la importancia que puedan tener sino porque si al final esta existe realmente, la justicia tendría un papel delicado y complicado. La separación de poderes en nuestra democracia hace que el gobierno pueda recomendar la liberación o que se reflexione sobre ella, como ha hecho Patxi López pero que la Audiencia Nacional esté ahora mismo con un interrogante enorme sobre su edificio.
La oposición política debe dejar de ser tal en este asunto. Bien hacen Basagoiti y Núñez Feijoo en situarse al lado del gobierno. Mal hace la dirección nacional del PP en decir que el gobierno está sobrepasado y en pedir la comparecencia.
Y finalmente, lo que sucede, la desconfianza hacia el gobierno y la justicia puede ser una consecuencia colateral más de la desafección, del desapego y de la desvinculación que hoy día existe entre la sociedad y la justicia o la política.
Suerte en las negociaciones
1 comentario:
Buena reflexión. totalmente de acuerdo
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