lunes, 2 de noviembre de 2009

El viaje íntimo de la locura, de Robe Iniesta


Salvando la distancias, con Pérez Reverte y con Robe Iniesta, al hilo de las últimas opiniones del último, me pasa un poco lo mismo. Leo sus novelas con gusto, pero para nada comulgo con su forma de pensar. Las reflexiones de Robe sobre su percepción de Extremadura están a años luz de la realidad. Más allá de eso, su novela es fresca, agradable y con un argumento original y novedoso. Don Severino pasa a de ser un retrato creíble, lleno de tópicos, a ser un rebelde social. Aunque él no haya elegido esa forma de vida termina adaptándose a ella. Curiosas son las formas y los modos usados en la novela para lanzar mensajes morales, ecologistas e incluso religiosos. Por eso lo hacen una novela diferente. Con el marchamo de su autor y el halo que desprenden sus letras y su biografía, uno se acerca a la novela con más agrado que si fuera de cualquier otro autor. Se permite, sin embargo, algunas licencias reprochables. Determinados usos del lenguaje o algunas historias paralelas son una boutade, un brindis al sol.

¿La recomendaría? Pues sí, la recomiendo. Creo, además, que podría ser tenida en cuenta para algún empeño mayor. Creo, incluso, que si el autor es capaz de limar ese orgullo que le hace ser un músico de culto, puede lograr ser un escritor válido. En ese intercambio de cromos que la gente de la cultura parece que se ha aficionado. Gutiérrez Aragón gana el premio Herralde, Robe Iniesta publica un libro. Manolo Martínez, el lanzador de peso, acaba de grabar una película...

No sé, finalmente, si el viaje íntimo de la locura tiene algo de autobiográfico o, llevándolo al otro extremo, de frustración. Sería interesante saberlo. Robe Iniesta es de esos que más que ser como parece que son, ha creado una burbuja a su alrededor para que no sepamos cómo es realmente. ¿Cómo el primer don Severino o como el segundo?

Algunos titulares que se me ocurren: Un Robinson Crusoe moderno. Una novela de ficción con toques de realidad. Un cantante sin guitarra y un notario sin firma. La vuelta al mundo de Roe Iniesta. Don Severino, una tortuga; su casa, un caparazón.

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