Cooperación, infancia, Haití... y el PP de Extremadura

Muchas son las imágenes que nos desayunamos, nos comemos y nos cenamos relacionadas con la terrible tragedia de Haití. Decenas de miles de desaparecidos, en un número concreto incuantificable, réplicas, españoles entre las víctimas, caos en el reparto de las ayudas, familias destrozadas, infraestructuras inexistentes, hambre, dolor, sangre, miseria... Nadie puede permanecer impasible ante una catástrofe de tanta magnitud. Cualquier persona soñadora y preocupada piensa ante esto qué poder hacer. Cualquiera procura pensar en un mundo más justo. Cualquiera piensa en lo afortunados que somos. Cualquiera piensa en lo importante que es una política de cooperación constante.

En este marco, el presidente de la Junta de Extremadura, planteó la posibilidad de poder buscar la fórmula de acogimiento temporal para niños haitianos y estudiar su viabilidad. La propuesta se ha topado con un eco social, mediático y partidista importante, así como con el trasfondo legal que toda decisión o deseo político tiene. La sociedad, deseosa de ayudar y comprometerse, ha respondido. Lo mediático ha servido para amplificar y distorsionar el anuncio inicial a partes iguales. Lo partidista ha querido resucitar aquello del todo vale.

Abundemos en lo social. Extremadura es una región solidaria. Siempre lo ha sido y lo seremos. Una región comprometida. Hemos dado a lo largo de nuestra historia numerosas muestras de ello. Sigamos haciéndolo. Hace no mucho se hablaba de balanzas fiscales. ¿Para cuándo una balanza solidaria que proporcionalmente evalúe esfuerzos de unos y otros en cuanto a su predisposición al compromiso?

Continuemos en lo mediático. Los grupos mediáticos distorsionan y amplifican sus mensajes a su antojo, sintiéndose dueños y señores de sus noticias y alimentando el ego que dar sentirse triunfadores de la dictadura mediática.

Saltemos a lo legal. Cierto es que muchas veces los deseos políticos topan con cuestiones y con matices legales que los mismos políticos tienen la capacidad de resolver. En este caso no es un impedimiento legal (sí lo sería si habláramos de adopciones) sino la necesidad de lograr un acuerdo internacional. No olvidemos que en ocasiones se puede reprochar desconocimiento en la materia. En cuestiones relacionadas con cooperación, infancia o dependencia poco se puede achacar al actual presidente de la Junta de Extremadura. Por algo fue Consejero de la materia.

Finalicemos en lo partidista. En la torpe postura del presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, que se ha lanzado cual ave de rapiña, a querer sacar rédito político de la propuesta de Guillermo Fernández Vara. Ha querido echar encima de la propuesta a la sensibilización social. Una vez más se equivoca. Primero porque muestra su desconocimiento a fuerza de querer apoyarse en los dictados de determinados grupos mediáticos o determinados intereses populistas. Segundo porque su partido en Madrid se negó hace meses a que España prestara apoyo a Haití. Tercero porque de nada sirve querer apuntarse al carro de la cooperación si durante años el ayuntamiento que le ha visto crecer políticamente, el de Badajoz, ha mantenido no ya una política nefasta en cooperación al desarrollo, sino una política inexistente.

De tal forma que en las conclusiones, en los haberes, cada uno está colocado donde está. El acuerdo internacional con Haití llegará más pronto que tarde. Algunos diremos, orgullosos, aquello de lo vimos primero y otros, pasarán de ser burdos imitadores de Groucho Marx a tocar la bocina y a seguir ejerciendo de muditos politicastros sin discurso.