Blas es malo

Recuerdo que en mis años de inicio de navegación en internet, hace ya tiempo (no desvelaré cuánto para que no me saque a colación el Monago de turno su sensibilidad por la red) hubo una página que me pareció graciosa y divertida. Era la de Bert is Evil, que con el tiempo tuvo una versión española. Me recordaba a aquello del chiste de un personaje que lo terminaba conociendo todo el mundo, estuviera con la personalidad que estuviera. Blas, de Barrio Sésamo, se reivindicaba como el protagonista de cualquier acción malvada en el mundo: el asesinato de JFK, la pertenencia al KKK, fichado por el FBI, en la cabeza de Rodman...

Y eso es lo que me vino a la mente cuando vi el panfleto goebbeliano del PP en Cáceres a cuenta del autobombo de la gestión municipal. Saponi está en todo, como Blas, hasta en la sopa... Le falta reivindicarse como el autor de la muerte de Manolete, pero con los logros que tiene a sus espaldas no sé qué hace de gobernante de una ciudad de provincias que no ha dado el salto a otro organismo con más solera: a la ONU, de Senador o de Defensor del Paciente de una comunidad cualquiera. Tenemos que agradecer a nuestro alcalde hasta lo de la callejina.

Cojamos, por ejemplo, el asunto de la Fundación Helga de Alvear. Un asunto que surge de la sensibilidad de dos empresarios, los de Atrio, y de la receptividad del Presidente de la Junta. La mayor colección privada de arte contemporáneo que se albergará en Cáceres tras haber intentado el PP en la Asamblea dos años seguidos eliminar la financiación regional del presupuesto y tras haber sido casi incapaz el ayuntamiento de pagar su aportación.

Esto es lo que ha hecho nuestro Blas. Fotografiarse con todo el mundo, aparecer hasta con Felipe González, usar eventos como Foro Sur en el que no interviene para nada o como WOMAD que día a día intenta repudiar.