Semana Santa 2008
A punto de finalizar las celebraciones eclesiásticas de esta Semana Santa, la procesión del Encuentro ha pasado por la calle. Pasó también la del Cristo de la Expiración y alguna otra más que no vimos. Son días de vino y rosas, por utilizar dos términos en los que, como en Navidades lo pagano antes, ahora laico, y lo religioso van de la mano. Incluso en Sevilla o en otros fervorosos lugares, donde los pasos y la imaginería se alternan con tapitas y buen vino. Ahora sí que la carga religiosa es mayor, aunque no poca gente aprovecha como jornadas de descanso y de vacaciones. Para mí desde los catorce años la Semana Santa, casi todos los años, ha estado vinculada a la Pascua en Descargamaría, pero como piensa el bloggero que se esconde tras Adiós Bafana (y que aprovecho para prensentarle en sociedad), por citar a algún afa en esos días lo importante para mí siempre fue el contacto humano. Este año, por diversas circunstancias no he acudido a Descargamaría. El año pasado fuimos antes de ir a Ciudad Rodrigo, el anterior fue la playa y creo que el anterior lo empleé estudiando unas oposiciones que al final se quedaron, como parece que harán las de ahora, en días de aprendizaje pero no de plaza en la administración. Son ya cuatro años sin acudir a la actividad de Semana Santa. Lo decidí en cierta manera porque el trato humano puede lograrse en el día a día y, como he hecho estos días, en momentos y con personas y situaciones no habituales. Este año, sin embargo, me he sentido útil para la asociación estando en Cáceres, tanto a través del teléfono como terminando los trámites para las subvenciones.
El miércoles fue el primer día de descanso. Celebramos el Día del Padre y fui con Sergio al pabellón a la espera de ganar la octava victoria seguida. Lo conseguimos. Compartí un momento con los directivos (a quien tanto tiene que agradecerle esta ciudad) y vi el partido con mi padre, con mi tío y con César. Por la noche, cena y dardos con algunos de esos amigos con los que no compartes ya, cada uno tenemos lo nuestro, todo el tiempo que quisieras.
El jueves llegó Cristina. Tocaba arreglar algo la casa. Conseguimos aparcar el coche en un sitio razonablemente cerca, pirueta alegal mediante, incluso por dos veces. Algunas cosas compramos en Eroski (está bien eso que abran el jueves santo) Por cierto, tengo el RISK, así que ya tocará jugar de vez en cuando.
Viernes y sábado fueron días de comidas familiares y vinieron mi madre, mi hermana y mi padre. El viernes también nos pusimos al día de la boda de César e Ivana y fuimos al Lancelot, un lugar recomendable como pocos en Cáceres. El sábado vimos una película y mi hermana jugaba y jugaba al Solitario. Torrijas y pasteles se entremezclaban con champiñones, sepia o filetes. Por la noche, Party en casa con dos buenos amigos. Muchas risas y sesión final de mímica.
Hoy toca comer lo que ha sobrado del puente, y también ponerse con las subvenciones de Juventudes (el proyecto de una idea atractiva y divertidad) y seguir con la preparación de una interesante reunión que tenemos el sábado. Mañana creo que iremos a Miajadas. Allí se celebra el Lunes de Pascua. Otra fiesta más que conocer.
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