lunes, 10 de abril de 2006

Euskadi


Otra comunidad autónoma más conocida. De noche, de día; por tren, por metro; viendo la ría... Sólo vi Barakaldo y Bilbao, algo de Sestao y de los astilleros, algún que otro campo de fútbol, pero me encontré con gente hospitalaria y, evidentemente influenciados por la tregua, anduvimos (anduve) tranquilo y muy cómodo. El Guggenheim ejerció de sencillo, aunque parezca raro, embajador, pese al merchandising que lo rodea. Ramón Rubial en una estatua muy lograda, nos sirvió de pretexto para seguir haciendo fotos (que se sucedieron en el Euskalduna o también en San Mamés) Gorbeia, el Parque Natural, fue el Monfragüe vasco que nos dio, de noche, la bienvenida, y que nos despidió con sus pinos silvestres. Enorme infraestructura la de Barakaldo con el BEC (un mega palacio de congresos que me recordaba a las amplitudes del Forum de Barcelona) y enorme la especulación urbanística alrededor.

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