Librerías
Más allá de la palabra "biblioteca", en el Congreso muchos coinciden en hablar de librerías. Últimamente es cierto que ha habido libros que he leído en los que había librerías. La de la Sombra del Viento era un tanto especial; en Tokio Blues, se vivía en una librería algún episodio curioso; si no recuerdo mal, también aparecía en "El enigma del cuatro"
En el Congreso de Lectura, sin embargo, el mayor de los atrevimientos ha venido de la mano de Javier Rioyo, que no ha dudado un segundo en alabar la librería Boxoyo, de Jaime Naranjo. Desconozco si conoce la batalla que tiene montada J.N. para solventar problemas de intolerancia cultural.
Por mi parte, precisamente hoy he entrado en una librería de Cáceres con solera. En Todolibros me confesaban que estaban contentos con el Congreso. Tomás, sorprendido, no se explicaba que no hubiera apenas otra librería de la ciudad que se hubiera provisto de fondos de los ponentes del Congreso ¿Habrá alguno que se haya atrevido a ir más allá y a cerrar alguna presentación con vistas a la próxima Feria del Libro?
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