Madera de zapatero

Realmente, me hubiera gustado aprovechar la lectura de este libro y mi posterior reflexión para incluirlo en los días últimos de la campaña. No pudo ser. Lo acabé esta mañana, reponiéndome de la gracia que me produce ver a Zaplana convertido en "diputado raso" como creo que él mismo se ha denominado.

He leído un libro sabiendo previamente lo que leía. Una serie de testimonios recogidos por un escritor gallego, Suso de Toro. Creo que se le hubiera sacado más partido si en vez de un escritor, a pelo, se hubiera acompañado todo ello de comentarios políticos, a lo María Antonia Iglesias, a lo Enric Sopena o Soledad Gallego Díaz, por citar tres que se me ocurren.

El libro, y Zapatero con su testimonio, es insultamente cercano, algo que me llena de satisfacción como ciudadano español. Creo que es un lujo la manera de abrirse de un presidente del gobierno en ejercicio, a pecho descubierto, tal y como hiciera, por ejemplo, durante 14 horas en la Comisión de Investigación del 11M. Es un lujo que muchos no podrán creer que viene de él pero sin duda incrementa el magnetismo que a muchos genera su gestión y su liderazgo.

La segunda parte, enfocada más a temas puntuales, me parece que no está todo lo hilvanada que debería. Se incluyen reflexiones interesantes en torno a la cultura, por ejemplo, a la monarquía (cómo a diferencia de otros países donde la democracia fue un sustitutivo de esta, en España fue el camino que condujo a la democracia) o al modelo de estado. Confesiones como la que hace Zapatero de su pertenencia o no a la masonería (no seré yo quien lo desvele en el blog)

En definitiva, nada que reprochar a la confesión personal que desnuda a todo un presidente de gobierno. Sí que he echado de menos, aunque sé que no es el objetivo del libro, ahondar sobre algunos capítulos políticos de la historia reciente del PSOE, como el Congreso de Julio de 2000 que aupó a Zapatero a la Secretaría General. Por cierto, aquel día me estaba reponiendo del cansancio de campamento en el campo de un amigo y recuerdo que me extrañó ver que todo un recién llegado, en apariencia, ganara a todo un animal político como Bono.

Termino con una reflexión que hace Zapatero en relación con los jóvenes que empujan, con las generaciones que deben renovar generacionalmente los proyectos. Su irrupción ha de verse como una afirmación en positivo y no como un restar la permanencia de otros en negativo