martes, 8 de abril de 2008

Colaborando en Avuelapluma IV

Autovía provinciana vs Autovía de riqueza

Podría hacer una lista de todos los que han cuestionado propuestas que emanaban desde mi organización juvenil política; podría también optar por hacerme la víctima y sentirme vituperado; podría asumir la estrategia del tú más; podría caer en jactarme y en pronunciar aquello de ladran, luego cabalgamos; podría, asimismo, acusar de utilizar aquel truco del difama que algo queda. Todo ello podría hacerlo si siguiéramos el hilo de lo que quien me sigue escribiendo semanalmente me acusara hace ya un mes. Pero no haré nada de eso.

Afortunadamente la credibilidad de alguien desconocido a lo hombre invisible de H.G. Wells, el que escribirá después de mí, que únicamente es conocido por escribir en este cuadrilátero, ya que no quiere que sus apellidos paseen por reuniones municipales de lunes por la mañana, no tiene parangón ni merece ser contestada. Opto, sin embargo, por felicitarle porque creo que hizo un ejercicio enorme de resignación propia que le evitó derramar lágrimas de derrota electoral, de cocodrilo, por otra parte.

Afortunadamente, además, no debo buscar en personas de mi partido o en asuntos de argumentario, de qué escribir en estas líneas… a diferencia de otros. Es triste que haya que recurrir al pasado para sacar temas que si el pasado no saca a relucir otros no cuentan (léase autovía Cáceres Badajoz, por ejemplo) Por cierto si de autovías se refiere reproduzco estas palabras “si quizás al final, y si ojalá entra en el Plan Sectorial de Altas Prestaciones, que dice el PEIT, quizás al final, y con los estudios medioambientales pertinentes, lo que se haga sea lo que ustedes dicen o algo muy parecido”. Esas palabras son de quien me precede y que hizo en un pleno de la asamblea. Están recogidas en el Diario de Sesiones del 15 de septiembre de 2005. Contestan y dan la razón a la propuesta que hacía Izquierda Unida sobre su oposición a que la EX100 se convirtiera en Autovía y sí que se hicieran desdoblamientos. Demuestran hasta dónde llega la hipocresía política: el PP no se creía, aunque lo proponía, la Autovía Cáceres Badajoz.

Mientras que unos, los que afortunadamente gobiernan, hacen propuestas que se sustentan en un proyecto de carácter regional, en este caso de construcción de una autovía atendiendo a indicadores no sólo de carácter provinciano (ese eterno complejo de la derecha de Cáceres de que siempre se invertirá más en otros lugares que en nuestra ciudad), otros, esa eterna derecha eternamente sin líder en la eterna oposición, demuestran que su oposición únicamente se basa en la petición de cuestiones populistas y demagógicas. La Autovía Cáceres Badajoz se ha proyectado cuando se ha entendido necesario, no por una cuestión simbólica, sino para acercar y sumar riqueza.

Dejemos, pues, el insulto y la descalificación fácil, y dejemos de ir de duritos y de perdonavidas. La política es, sencillamente, un permanente ejercicio de propuestas y de dialéctica, pero también de humildad. Reconozcamos a quienes gobiernan y escribamos y propongamos desde la coherencia. No hagamos perder el tiempo ni a los lectores ni a los cacereños.

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