Justicia, deporte, desfogue y alegrías en el baloncesto
Quizás sean cuatro términos que resumen a la perfección lo que se siente en el Pabellón Multiusos un día de partido.
Justicia porque lo deportivo termina siempre -o casi- por encima de lo extradeportivo. El equipo se ha sobrepuesto a un arbitraje penoso y claramente parcial y a un equipo absorbente y necesitado imperiosamente de la victoria para salir del hoyo.
Deporte porque resulta difícil de imaginar ya esta ciudad sin baloncesto. He repetido, y lo seguiré haciendo, el enorme valor que tiene haber puesto en marcha esto. Sin desmerecer a otros clubes y a otras modalidades, a otros eventos deportivos que puedan tener Cáceres como sede, hay que reconocer lo que este deporte en esta ciudad atrae. Más de 2000 gargantas que arrastran a personas nos congregamos cada día de partido (no quiero ni pensar lo que será el Multiusos caso de que -ojalá- participemos de la final a cuatro) Cientos de críos que al final acogotan a jugadores eufóricos por la victoria. La semana que viene toca Gijón y ganar significará presentar las credenciales a incluso soñar con subir.
Desfogue porque las gargantas nos pueden. Las emociones nos superan y el triunfo llega. Se agradece que desconectemos, tal life under your seat, o encefalograma plano que diría Pedro Guerra, cada quince días.
Alegrías porque sin duda este equipo las seguirá dando. Continuaremos por la senda. Y esto, para terminar es una cuestión de todos. El equipo se llama Cáceres 2016 por algo, y juega en un pabellón autonómico por algo también. Buscar la corresponsabilidad de todo ello requiere poco esfuerzo y sí muchos hechos. La masa social existe (ya veremos lo que sucede con una futura conversión en SAD) y los apoyos privados también. Resta superar algunas trabas para trabajar todos de la mano. Todos, absolutamente todos, nos lo merecemos
nota: cuelgo este vídeo que a su vez ha colgado Piti de internet
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