Canto a la demagogia y a la frivolidad
El bloggero, eso sí, en sepia, Monago, ha practicado hoy uno de esos ataques de demagogia que le dan cuando no sabe qué decir o cuando las propuestas copiadas de propuestas anteriores se le terminan en su repertorio semanal. Pues bien, resulta que Fernández Vara ha aludido hoy, como hace cualquiera que esté en este mundo y que le escandalice el asunto, a los espías made in Comunidad de Madrid.
No ha tenido otra salida el dirigente conservador que, para apagar el incendio que tienen ellos, querer encender el fuego de la demagogia. Y ha tirado de argumentario. Porque esta semana toca el argumentario de los comedores sociales. El argumento barato de querer llegar, a cuenta de la crisis a cambiar la concepción actual de protección social, de inserción social y de inclusión social, perfectamente reguladas en el Estado del Bienestar por aquella visión rancia de la caridad y del asistencialismo, del pobrecitos y de la compasión. Eso hoy día tiene un nombre: demagogia. Porque es demagogia querer hacer política con eso.
Porque es demagogia, como hizo ayer el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy cuando también a cuenta de los comedores sociales. En medio de un acto público nombró a tres voluntarios de esos comedores, que vaya por delante mi reconocimiento a su trabajo. Se tiró dos minutos hablando del asunto, paripé incluido porque allí estaban, prestándose a ser juego de esa doble moral que pretende sustituir la protección social recogida en el Estado del Bienestar y objetivo primordial de este, por una visión catastrofista y lastimera que solo busca dar pena y no dar soluciones. Esa es la estrategia de la frivolidad.
Frente a esta, hay la estrategia de buscar soluciones y de reconocer, todos a una, la situación que tenemos encima y que nos seguirá viniendo.
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