jueves, 8 de enero de 2009

Memorias a dos euros



Las encontré en la Cuesta de Moyano, en el último puesto, y valían dos euros. Casi como un libro al peso. Una irrisoria cifra que no deja de ser la proyección del candidato que pierde en unos comicios y que termina siendo saldo, rebajas, dos por uno, desclasificado, abandonowarez o como quiera llamarse. Joaquín Almunia, europeísta convencido, pues en la construcción de lo que hoy es una realidad empezó en política, tiene alguno de esos calificativos en la historia electoral del PSOE.

Le tocó vivir el peor de los momentos. Ese que a nadie le gustaría protagonizar porque es el de la limpieza, el del aseo, el de la lejía y el que cuando te quitas los guantes de latex otros han ocupado las habitaciones para decidir que tienes que desocuparlas. En este caso, los otros serían los electores y como democracia que es y soberanos que son en los comicios, decidieron desocupar a Almunia de esa responsabilidad que, según manifiesta, no imaginaba aunque, como también deja entrever, siempre quiso ser algo así como un político profesional.

Tiene un perfil diferente al de su tiempo. Aunque su tiempo y su generación no coincidieran. Tal vez por eso. Fue el ministro más joven de la democracia, con 34 años. Es lo que hoy día se conocería como un tecnócrata y es normal que con ese perfil no encaje con un electorado que requiere de esa política de rostro humano a la que en ocasiones alude Fernández Vara.

No es un libro completo. Aunque como memorias, son sus memorias. Para él sí que estarán completas. Aunque son injustas. Sobre todo porque no habla de Extremadura ni de su presidente nunca. Habla de sus confusiones y contrariedades. De la derrota de las primarias, de las vicisitudes en el grupo parlamentario, de la renovación o no interna y de las pugnas que se dieron a cuenta de aquel tandem irrepetible de Felipe González y Alfonso Guerra

Tiene apartados interesantes y reflexiones excepcionales que hoy día siguen vigentes para alimentar un debate de ideas, de renovación del discurso y de las necesidades de la izquierda, y también de oxigenación de los espacios y órganos internos de un partido político.

Me voy a ver a Pepe Carvalho

No hay comentarios: