miércoles, 13 de junio de 2007

El Profesor



Acabo de terminar un libro diferente. Autobiografía de Frank McCourt aplicada, por su profesión, a lo educativo y pedagógico. Frank McCourt parece ser que es bien conocido por un libro anterior, "Las Cenizas de Angela", y en este libro ha contado su experiencia como profesor de secundaria. Es de esos libros de los que te seduce el título. Es de esos libros que te generan unas expectativas interesantes a la hora de ver en la práctica comportamientos y actitudes de adolescentes. Es un libro que en esto último gana mucho y que pierde cuando se limita a unas experiencias o a unas historias paralelas. Es un libro, en definitiva, que me debía leer en estas fechas de reciclaje formativo, expectante por dedicar unos días del verano a la educación no formal traducida en forma de campamentos.

Me quedo con algunas reflexiones fundamentales que llevadas desde lo formal a lo no formal permiten saber tratar con grupos, mejoran percepciones a la hora de ser capaces de llevar a los chavales a buen puerto y que proporcionan habilidades que únicamente se consiguen con la experiencia o con la equivocación de muchas veces y la mano izquierda de otras.

1. Me quedo con las virtudes de la perseverancia, la terquedad y la constancia, como cuestiones fundamentales para el educador

2. Apuesto por la importancia del interés, creado o inducido, e incluso en una competencia leal y sana.

3. Me quedo con el lenguaje gestual y cómo es importante cuidar y medir todos los detalles

4. Apuesto por estar siempre fresco. Por dar vida a los años y no años a la vida. Por saber discernir entre ser cómplices o vernos abocados a ser adolescentes para siempre

5. Me quedo con algunas actitudes necesarias: la naturalidad, la seguridad, el estilo propio, la fortaleza, la sinceridad, la autocrítica o la humildad

6. Apuesto por un aprendizaje mutuo, de metas sencillas y no de grandes resultados inmediatos

7. Me quedo con lo fundamental que es sacar de todos algo, salvo que se quiera demostrar lo contario. Es aquello de la lectura de San Pablo a los Corintios de la importancia de todas las partes del cuerpo

8. Apuesto por ser capaz de descubrir los roles del grupo y porque el mismo grupo sea consciente de ello

9. Me quedo con el pulso constante, emocionante e intenso que significa llevar un grupo de adolescentes o de niños en un campamento de verano

10. Apuesto por la experiencia personal como la mejor de las herramientas humanas. Por educar, educar y educar. Por fomentar la participación

Dejo, al final, dos preocupaciones. La primera, la de que en medio de tanta vorágine de asignaturas tradicionales y nuevas, en el seno de una sociedad cada vez más exigente, en torno a unos proyectos de vida que cada vez tardan más en construirse y pensando en unos valores cada vez más confusos, no entiendo por qué desde el colegio, desde la educación inicial no se promueve el conocimiento por parte de los chavales de las cuestiones realmente importantes de las vidas. La segunda, una pregunta inocentemente envenenada: ¿Por qué cuanto más lejos se está del aula, algo por lo que algunos docentes levantan los sables -en forma de inspectores, centros de profesores...- se tiene un puesto mejor remunerado? ¿Acaso no es lo más importante para un enseñante que el aula?

1 comentario:

mastropiero dijo...

Lo tenía en mi estanteria en el puesto numero 3 de lecturas para este verano pero venga, lo paso al número dos (el numero 1 llevo demasiado tiempo procrastinandolo). Ya te contaré...