Extremadura en el mapa, Ibarra en la memoria
Si hoy realmente estuviéramos en aquella Extremadura del futuro que Manolo Veiga imaginó en un ensayo ya publicado hace muchos años, se estaría estudiando el 19 de septiembre del 2006 como la fecha en la que uno de los padres de la democracia extremeña, sin duda de los principales en su ámbito político, anuncio su retirada. 23 años después, la misma edad que mi hermana, ha llegado un momento que si bien parecía resultar traumático, no es más que una decisión meditada sustentada en lo personal. En ese futuro a lo Veiga se estaría estudiando ahora a Ibarra y lo que supuso para el avance de la región.
Según lo manifestado es una retirada, merecida y sin paliativos, que luego, dado su carácter ha procurado introducirle algunos matices. Es duro asumir que uno tiene que dejarlo aunque no quiera, pero prefiero el segundo razonamiento que ha hecho esta noche en Canal Extremadura que aquél razonamiento del quiero y no puedo. Hoy ha comentado que no quiere seguir creando dependencia y me parece absolutamente justo y sincero por su parte. Justo y necesario. En su misma medida.
Mañana conoceremos el nombre del futuro presidente de nuestra región, pero ése será otro tema. Toca hablar y reflexionar sobre lo que ha supuesto Ibarra. Se lo ha ganado, qué duda cabe. Hace unos días, percibía en unos amigos el cúmulo de complejos que sé que es algo que siempre nos ha marcado a los extremeños. Yo, sin embargo, tengo la autoestima regional muy alta gracias a que conozco algo más el paño, pero también porque me interesa conocerlo. También porque en debates o en situaciones con personas de otras comunidades uno se da cuenta de que la diferencia no es más que el punto de partida y el estereotipo de siempre. A quienes nos sigan estereotipando, que les zurzan... les terminaremos pasando y adelantando.
La sensación puede ser extraña, como dice Susana en su blog, pero sin duda me siento orgulloso de pertenecer a una generación que está escribiendo su propia historia, tras la memoria que nos deja, intensa con huella imborrable, Juan Carlos Rodríguez Ibarra.
Ibarra todavía es Ibarra. En un año su gestión estará en la memoria, y él, tras lo manifestado, en las clases de la Universidad, en su limbo. Quedan ocho meses para estar atentos a su gestión y seguir enumerando sus logros. A partir de entonces, nos quedará mucho tiempo para empezar a hacer historia y para, buscando lo positivo, soñar, imaginar y gestionar nuestra región desde una óptica progresista. Lo más difícil, colocar a Extremadura en el mapa, ya lo consiguió el que hoy ha anunciado que se retiraba. Gracias por todo, Presidente.
2 comentarios:
Amigo Kurdo, con independencia de las ideas y de los posicionamientos políticos de cada cual, creo que el cambio que se va a producir en Extremadura es bueno y positivo: Nadie es eterno ni imprescindible.
Veintitantos años son muchos para estar sentado en un sillón presidencial, ya sea con mayoría de logros o mayoría de fracasos (o una mezcla de ambas cosas). Hay que renovar la savia para que entre aire fresco por las ventanas de nuestra Junta de Extremadura. Es absolutamente necesario, aquí y en cualquier otro lugar civilizado.
Con la perspectiva que nos dará el tiempo comprobaremos si lo hizo bien o mal y si era necesaria una renovación. Tú también necesitas saber cómo lo puede hacer otro que no sea Ibarra (prácticamente sólo hemos conocido un presidente autonómico). El que llegue lo hará grande o lo empequeñecerá. O ninguna de las dos cosas. Es ley de vida.
Tiempo al tiempo.
Hay otro que se presenta
http://www.regiondigital.com/modulos/mod_periodico/pub/mostrar_noticia.php?id=47420
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=266013
http://www.hoy.es/prensa/20061021/regional/concejales-alcaldes-independientes-iran_20061021.html
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