sábado, 17 de mayo de 2008

El asombroso viaje de Pomponio Flato


El último libro de Eduardo Mendoza me ha defraudado. Por supuesto esta afirmación tan categórica tiene sus matices. No es que me haya parecido un libro malo. Simplemente creo que no es un libro esperado. Me ha parecido que se convierte en increíble cuando debe tener un punto creíble, que cuesta leerse aunque apenas tiene 200 páginas, que da excesivos saltos y cambia de registros muy rápido, que distorsiona tanto un capítulo tan repetido que quizás no se pueda interiorizar.

Tiene su punto en la resolución del misterio que encierra la novela. En los primeros momentos, pero resulta demasiado pesado. Sobre todo porque quiere parodiar un momento y un episodio que tras La Vida de Brian es insuperable de hacerse. Uno contrapone momentos hilarantes de este libro con los sublimes de los pasajes de la peli de los Monty Python y no hay color.

Creo, finalmente, que el humor de Eduardo Mendoza encaja mucho más o en una realidad identificable o en un mundo totalmente irreal, pero esta mezcla me ha sabido a poco.

Ahora me pongo con un libro de Marsé, La muchacha de las bragas de oro, que me compré por algo más de 3 euros en la feria del libro. Ya os contaré... si es que no lo censuran antes confundiendo velocidad con tocino

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