miércoles, 14 de mayo de 2008

Trujillo, alcoholemia y discotecas francesas


No voy a eludir el tema de la dimisión del alcalde de Trujillo. Aunque lo haré casi de puntillas, alertando en este punto que ojalá todos los que a partir de ahora deban hacer lo mismo por cuestiones varias lo hagan. Ha sido una reacción normal, lo anormal es que la hipocresía de la gente haga que se olvide que cualquiera, en esa mezcla de lo personal y lo profesional, sea este u otro tema, puede caer en esa suerte de errores humanos.

No hay que olvidar, sin embargo, que el asunto del alcohol suscita en todos una sensibilidad diferente. Por una parte por los empeños que se ponen desde la administración, por otra por la tolerancia y la admisión que existe a la hora de entender el consumo de alcohol como algo inherente a actos sociales, culturales, como el fin de fiesta a modo de lo que comunmente se conoce como vino de honor. No sirve ningún programa si por otra parte se contraprograma con cierta apología del consumo de alcohol.

Dicho esto, me quedo con una propuesta que está todavía debatiéndose en Francia: la de la obligatoriedad, o no, de colocar en las discotecas francesas controles voluntarios para saber el grado de alcohol en sangre y la capacitación del conductor a la hora de coger el coche saliendo de la discoteca. Varias han sido las iniciativas en este sentido que están enfocadas a la sensibilización in situ y a la intervención directa en todo lo que rodea colateralmente al consumo de alcohol.

Medidas para disuadir o sensibilizar ha habido muchas. Desde la iniciativa Nariz Roja de acompañamiento nocturno, programas como Hoy Conduces Tú, hasta la de un conductor sin consumir alcohol, pasando por la de dar tickets de gasolina o entradas de cine a quien acreditara que no da positivo. Además, incluso, la habilitación de lugares donde poder dormir hasta "que se te pase la mona". Todos estos son programas que con cierto éxito se han planteado en diferentes zonas de nuestra región o de nuestro país.

Todas las iniciativas, por tanto, que se establezcan, serán pocas, y cada una complementará a la anterior, pero ninguna será tan efectiva como la de que entre todos descarguemos al alcohol de ese componente social, cultural y de relaciones humanas que no viene en ninguna botella y que la sociedad tiene interiorizada.

Primar en iniciativas públicas o de concesión privada, como la del futuro centro de ocio de Cáceres, que existan acciones de sensibilización e intervención directa como las que nos ocupan u otras, debería ser un plus que una administración podría incluir en pliegos y con la correcta cogestión con organizaciones sociales y las procedentes revisiones podría ser muy efectivo.

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