Futbol con sabor extremeño
Ha sido en Badajoz, en el Nuevo Vivero, donde Luismi ha marcado el primer gol para Extremadura. Enrique ha rematado el segundo, ha deshecho el empate y nos ha dado la victoria. No es un sueño. No está recogido en el libro de Veiga. Nadie se ha caído de la cama. Tenemos selección extremeña. Al igual que sucede con otras muchas cosas, nosotros hemos llegado tarde porque nos encomendaron ser los que pusieran la cama, enviaran a los hijos y además tuvieran limpia la finquita. No haber tenido hasta ahora una selección autonómica está dentro de esas pequeñas consecuencias del modus vivendi al que nos sometieron quienes ahoran para según qué cosas se fijan en nuestro espejo. Tampoco la selección autonómica es motivo, como en otros territorios, de moneda de cambio en clave política o para mandar, a través del deporte, mensajes en clave o bien entendidos al resto de la clase política y social española. Aquí se trata de contribuir a seguir aumentando la autoestima, a hacer ver que somos capaces, a demostrar que si otras regiones lo hacen, por qué no nosotros. Hoy no solo hemos ganado a Guinea Ecuatorial. Hemos vencido a nuestra historia, aunque el público podría haber tenido mayor respuesta. Hemos derrotado a los elementos, esos que parecían conjurarse. Hemos puesto un deporte a través del que mirarnos para seguir alcanzando logros y metas, tanto simbólicas como esta como necesarias como otras. Aúpa Extremadura
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