El número 2 del PP, Manuel Pizarro, devuelve favores

El ínclito e innombrable Manuel Pizarro parece haber cogido con fuerza, con mucha quizás, su designación, todavía no oficial, como número dos del PP por Madrid. Podríamos buscar varios titulares para su entrada en la política. A mí se me ocurre alguno rápido; por ejemplo, aquel que diría que "hay vida después de la OPA", y vaya que si la hay para alguien que asume sin rubor su entrada en política como un mero cambio de profesión, alguien que acepta que "la vida le ha ido bien", y alguien que, a lo Zaplana, emplea aquello de no hablaré de otros para acto seguido entrar en comparativas.

Es uno de esos fichajes estrella que llega a una estructura que no conoce, pero a la que tampoco le interesa conocer y donde viene dispuesto a pisar callos. Un recién llegado que afirma sin cortarse "tengo despacho al día siguiente", algo que no sé si habrá sentado muy bien a aquellos que desde hace años militan y sudan la camiseta en un partido político como el PP.

Sin desperdicio es la comparación que asume hacer con otro Pizarro, el trujillano, y sin rubor tampoco, lo habrá quedado en Endesa, coincide con el conquistador en que ambos "van en busca de la fama"

Es de aquellos que están encantados de haberse conocido, de esos que no superarán nunca algún episodio de su vida. Él está obsesionado con la OPA.

La entrevista que a continuación enlazo, un pasteleo recíproco de principio a fin, parece que fue la primera que concedió. Pizarro, un supuesto representante de la supuesta derecha supuestamente moderada, parece que rehuye de los medios mayoritarios en esta primera incursión mediática. ¿Adonde se fue, por tanto? ¿A un medio aragonés, a una televisión local? Para nada de eso. Él necesitaba preguntas preparadas, una entrevista a su medida. Y también necesita devolver aquello a quienes tanto le apoyaron. Dónde mejor, por tanto , que en el Libertad Digital, en casa de Jiménez Losantos.